Ogier el Danés es una figura legendaria en la literatura y el folclore de Europa, especialmente en Dinamarca y Francia y supone un ejemplo de “rey bajo la montaña”. Este héroe, cuyas hazañas se narran principalmente en antiguas sagas y cantares de gesta que surgieron en Francia a partir del siglo XI, ha sido objeto de fascinación y estudio a lo largo de los siglos dando lugar a diferentes versiones de la historia a lo largo de los siglos.
En este artículo, exploraremos la vida y leyendas de Ogier el Danés, su importancia en la literatura medieval y su perdurable legado cultural.
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ToggleOrígenes y Primeros Relatos
Ogier el Danés, conocido también como Holger Danske en Dinamarca, aparece en diversas obras literarias medievales, siendo la primera mención en «La Chanson de Roland» escrito en el siglo XI. Las «chansons de geste», o canciones de gesta, también conocidos como cantares, son poemas épicos franceses que datan de la Alta Edad Media, centrados en glorificar las hazañas de caballeros y héroes. Estas narrativas se componen en verso y se transmiten oralmente, siendo «La Chanson de Roland» una de las más emblemáticas. Sin embargo, en esta obra la aparición del personaje es menor, teniendo un papel secundario dentro de la obra.
Posteriormente, en el siglo XIII en el poema La Chevalerie Ogier de Danemarche, que consta de aproximadamente 13.000 líneas, se despliega la vida de Ogier desde una juventud rebelde involucrada en batallas épicas hasta su compleja relación con el emperador Carlomagno. Según las leyendas, Ogier era hijo del Godofredo I, rey vikingo que gobernó aproximadamente entre 804 y 810 en Dinamarca. Según la narrativa, fue entregado a Carlomagno como rehén por su padre, después de caer en desgracia con el monarca franco. En este poema se narra que Ogier tiene un hijo que es asesinado por Carlos el Joven, el hijo de Carlomagno. En respuesta, Ogier mata a Carlos el Joven y casi llega a matar a Carlomagno en su búsqueda de venganza. Tras estar en conflicto con Carlomagno durante siete años, finalmente se reconcilian para enfrentar juntos a los sarracenos, donde Ogier logra derrotar al gigante Brehus en combate.
A partir de ese momento Ogier participó como paladín de Carlomagno en numerosas batallas, lo que le valió un lugar destacado entre los héroes de la literatura europea. En algunas versiones de las leyendas de Ogier, también se le describe participando en cruzadas contra enemigos no cristianos. Estas narraciones no solo reflejan la tensión religiosa de la época, sino que también elevan a Ogier a un estatus casi místico, combatiendo en batallas que mezclan historia y mitología. Esta adaptación de su personaje sirve para fortalecer su rol como defensor de la fe y la corona, atribuyéndole un halo casi santo.
Se piensa que la leyenda de Ogier está inspirada en el personaje real de Autcharius Francus, un caballero franco que prestó servicios a Carlomán, el hermano menor de Carlomagno y monarca de la región oriental del Reino Franco. Después del fallecimiento de Carlomán, Carlomagno consolidó el reino bajo su dominio, eliminando a aquellos cercanos a su hermano. En este contexto, se cree que Autcharius acompañó a la viuda de Carlomán, Gerberga de Lombardía, junto con sus hijos hasta el rey Desiderius de Lombardía para asegurar su protección.
Relación con la leyenda del Rey Arturo
También la leyenda de Ogier se entrecruza frecuentemente con la del Rey Arturo a lo largo de la historia. Según se relata, Ogier heredó su espada, Cortana, del caballero de la Mesa Redonda, Tristán. Esta espada llevaba grabada la inscripción: “Mi nombre es Cortana, del mismo acero y temperamento que Joiosa y Durindana”. Joiosa era la espada de Carlomagno, mientras que Durindana era la espada de Roldán.
En torno a 1315, se publicó una continuación de El caballero Ogier de Dinamarca. Este poema, compuesto por 20,000 versos, sigue las aventuras de Ogier por Inglaterra, Dinamarca y Acre, donde experimenta la traición. Posteriormente, es encarcelado durante cinco años en Babilonia. Tras su cautiverio, intenta dirigirse a Jerusalén, pero una tormenta desvía su barco hacia una isla de rocas magnéticas.
Finalmente, Ogier llega al castillo de Avalon donde pasa la noche. Allí conoce a un caballo llamado Papillon que se comporta como un hombre y que resulta ser un hada transformada como castigo por la hada Morgana. Al día siguiente, Ogier se ve obligado a enfrentarse a una un dragón que le impide salir del castillo. Tras derrotar a la bestia, encuentra un huerto que parece el paraíso terrenal. Al comer una manzana del huerto, sufre una gran debilidad, pero el hada Morgana aparece y le entrega el anillo de la juventud. Aunque Ogier tenía ya 100 años, el anillo le devuelve la juventud de sus 30 años. Este episodio simboliza la muerte del héroe y su paso a otro mundo.
Ogier se casa con Morgana y vive con ella en Avalon durante 200 años. Tras este período, regresa a Francia durante el reinado de Felipe II. La condesa de Senlis se enamora de él y, durante un encuentro íntimo, le quita el anillo y se lo pone, rejuveneciendo instantáneamente mientras él envejece. Sin embargo, Ogier recupera el anillo. Poco después, por celos, Morgana lo secuestra y lo lleva de vuelta a Avalon.
Otra versión es el poema del siglo XIV, Roman d’Ogier, dónde el hada Morgana visita a Ogier en su cuna cuando aún era un bebé, acompañada de cinco hadas, y declara que Ogier está destinado a casarse con ella. Cuando esto ocurre, Ogier se convierte en rey de Inglaterra y tiene dos hijos con la hada.
El Regreso de Ogier y su Rol Como Protector
Después de años en Avalon, Ogier regresa a la misión de salvar a Francia. Este regreso está marcado por el cambio en su carácter, de guerrero a protector, un héroe que trasciende su propio tiempo para convertirse en un guardián legendario. Su vuelta coincide con momentos de crisis, donde su intervención es crucial para repeler invasiones o resolver disputas que amenazan la estabilidad de su reino.
Según algunas leyendas se cuenta que Ogier llego al Castillo de Kronborg (Dinamarca) caminando desde Francia para encontrar descanso hasta que su presencia sea de nuevo requerida.
Símbolo del nacionalismo danés
En Dinamarca, Ogier ha evolucionado de un personaje literario a un símbolo nacional de resistencia y esperanza. La famosa estatua de Ogier durmiendo en los sótanos del castillo de Kronborg en Helsingør simboliza que despertará y defenderá a Dinamarca en su hora más oscura.
La ópera «Holger Danske», compuesta por F.L.Æ. Kunzen con un libreto de Jens Baggesen en 1789, tuvo un impacto significativo en el desarrollo del nacionalismo danés a finales del siglo XVIII. Esta obra desencadenó el «conflicto de Ogier», una confrontación literaria que puso de manifiesto el creciente descontento de los daneses frente a la influencia cultural alemana en Dinamarca. El intelectual danés Peter Andreas Heiberg contribuyó a este enfrentamiento al escribir una versión satírica titulada «Holger Tyske» («Holger el Alemán»), que se burlaba del texto de Baggesen. Además, el personaje de Ogier es venerado como un símbolo de la identidad nacional en el poema épico «Holger Danske» de Bernhard Severin Ingemann, escrito en 1837.
También durante la ocupación alemana de Dinamarca de 1940 a 1945, una representación de la ópera de Kunzen en Copenhague se convirtió en un símbolo de la resistencia danesa y la oposición a la ocupación. El grupo armado más grande del movimiento de resistencia danés en la Segunda Guerra Mundial llevó el nombre de Holger Danske, inspirándose en esta figura legendaria.
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